
SILUETA DE DIOSA
Este mes se celebran algunas de las más importantes alfombras rojas que le dan apertura a las que se harán este año; desde cine, música y belleza son las categorías a celebrar. Con los Golden Globe se confirmaron algunas de las tendencias ya anunciadas desde el año pasado por las marcas más populares, desde Valentino hasta Versace fueron unos de los artífices que ofrecieron la oportunidad a quienes lucían estos vestidos (muchos de ellos con meses de elaboración), brillaran en la Red Carpet.
Aunque el enfoque de este post no es decir quien lucía mejor o peor, si quería empezar con la mención de este evento de premios como abrebocas. Como diseñadora sé el proceso de elaboración de cada uno de estos vestidos; largo, de paciencia, algunas veces tedioso pero que definitivamente vale la pena. No solo por el resultado final sino por el proceso como tal, te enseña y forja una visión diferente a la hora de crear o participar en él. Es un trabajo en equipo, hecho con las manos de muchas personas que son necesarias para que ese sueño que inicio en un pedazo de papel pueda lucirse en el cuerpo de una mujer.
La moda ha evolucionado, aun mucho antes de que se considerara como “moda”. Siluetas, cortes, estampados y colores que hoy se establecen como tendencia, no era así en tiempos pasados. Aunque algunas cosas siguen siendo las mismas o solo un poco diferentes, es verdad que hoy en día a la hora de adquirir una pieza de alta costura puede ser un poco más asequible que hace unos siglos atrás. Las webs de compras y marcas prèt a porter como MANGO o TOPSHOP te ofrecen piezas que no son exactamente como las de las marcas mencionadas anteriormente y algunas otras, pero lo que si ofrecen es la oportunidad de lucir muy bien a un precio más módico.
Sin lugar a dudas trasciende de solo ser una de las industrias que generan más ingresos a nivel mundial. No solo es el transmitir quien eres, lo que te gusta y demás, sino también es la extensión de la sociedad a la que perteneces, tu poder adquisitivo y las posibilidades que tienes para ser considerado como parte de este amplio gremio. Que tan bueno pueda ser esto, puede que no mucho ya que estamos en pro de la lucha contra las etiquetas, limitaciones y exclusiones. Pero sé que muchos de los que vemos esto del vestir como una parte de nuestro ser (más allá de convertirse en una definición frívola y superficial es nuestro modo de mostrarle al mundo quienes somos), admiran y valoran el trabajo detrás de un “vestido de princesa”. Y esto es lo bonito de este arte, que no necesariamente tienes que tenerlo en tu guardarropa para poder apreciarlo y mucho menos ahora con las posibilidades que nos brinda el mundo digital.